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"El resentimiento es como tomar veneno esperando que la otra persona muera"

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Autor: Carrie Fisher.

¿Guardáis rencor o resentimiento hacia alguien?, ¿Conserváis en vuestra mente aún una ofensa después de mucho tiempo?, ¿No estáis dispuestos a perdonar nunca? Pues me temo que eso representan malas noticias, porque os habéis cargado, voluntariamente, con un enorme saco que lastra vuestra vida y que os impide avanzar con el ánimo y la presteza de aquellos que si han conseguido pasar página.

  Una de las emociones negativas más frecuentes y más difíciles de superar es el resentimiento. No digo que no debamos sentirnos ofendidos o dolidos porque alguien en quien confiamos nos haya decepcionado o traicionado con un mal comportamiento. Lo que si digo, es que mantener abierta esa herida, solo nos perjudica a nosotros, ya que añadimos la falta de olvido al dolor inicial y, así, revivimos una y otra vez el daño. ¿Qué necesidad hay?

  Siendo prácticos, la persona hacia la que guardamos rencor, probablemente, nunca será consciente de todo el estropicio emocional que nos ha causado y seguirá viviendo alegremente su vida, entendamos nosotros o no que tenemos una cuenta pendiente con él.

  Si, ya sé que puede resultar tedioso, y abrumadoramente obvio como remedio, pero lo único que nos libera y nos devuelve la calma es el perdón. Y si llega el perdón no será mala solución, ya que quizá nosotros -que nos sentimos los únicos ofendidos y los únicos con el legítimo derecho a estar resentidos- también deberíamos recriminarnos algunas cosas. Tendemos a comprender solo nuestras razones.

  Y el "perdono, pero no olvido", que tan frecuentemente se emplea, creo que no es más que una variante light del resentimiento y que no implica perdonar verdaderamente. ¿Qué quiere decir eso?, ¿Qué si nos encontramos, por ejemplo, en la situación de ayudar a quien nos ha hecho daño, no lo haríamos? Craso error, porque al hacerlo demostraríamos que somos infinitamente mejores y que hemos sido capaces de superar completamente la ofensa.

  En resumen, debemos considerar el hecho de que siempre es mejor vivir el presente, que quedarnos atrapados en un pasado doloroso lleno de resentimientos y culpas.

 

Reflexión final:

No le des a nadie el poder de hacerte infeliz. De hecho, lo más absurdo que te puedes plantear es dejar en manos de otros tu propia felicidad

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